La política de los gobiernos franceses fue hostil hacia los republicanos, tanto la denominada de NO Intervención hasta 1939, como la del gobierno colaboracionista bajo la ocupación alemana en 1940. Recluyeron a los exiliados en “campos de acogida” cuyas pésimas condiciones buscaban desalentar su permanencia en Francia. En otros casos los repatriaron forzosamente, como a Julián Zugazagoitia o Lluís Compains, fusilados en 1940 u otros más anónimos: entre el 18 y el 25 de mayo de 1940 la gendarmería efectuó una razia, deteniendo a un millar, previamente seleccionados por el ministro franquista de exteriores Félix Laquerica, con el apoyo sobre el terreno de Jean Ibarnegaray, diputado ultraderechista por Mauleón, y ministro del colaboracionista Pétain, enriquecido con la venta de armas a los rebeldes franquistas y abanderado de la persecución de estos exilados.
De los cuatrocientos mil españoles que cruzaron la frontera a consecuencia de la derrota republicana, particularmente con la caída de Catalunya en marzo de 1939, se calcula que pudieron regresar entre cien y doscientos mil, otros fueron enviados a compañías de trabajo, agrícolas o de armamento. Muchos participarían en la guerra mundial, en la Legión extranjera o en la resistencia y más tarde rehicieron sus vidas en los pueblos y ciudades donde se asentaron, pero antes, más de 260000 republicanos fueron confinados en los llamados “camps d´ccueil”, como Barcarès, Argelès-sur- Mer, Saint Cyprien, Septfonds, Adge o Bram.
Los refugiados de la parte del Pirineo Occidental, originados por la caída del frente norte y huidos del campo franquista, estaban dispersos en campos del Rosellón cuando se habilitó el campo de Gurs en el Bearne, más cercano a su tierra. La reconstrucción de las listas de republicanos en Gurs es compleja, dado que su documentación fue destruida por la gendarmería ante la inminente ocupación alemana. La más completa relación la da el fichero de L. Salazar, responsable del gobierno vasco, que se conserva en el archivo de Euskadi, y que recoge 6000 nombres que pasaron por ese y otros campos. Josu Chueca, en “Gurs, el campo vasco”, amplia la relación con fuentes documentales complementarias, como archivos mexicanos de refugiados que pasaron por Gurs, lista que puede seguir creciendo:
El listado de Salazar sigue al censo de refugiados asentados en los Bajos Pirineos elaborado por el Consejo de Navarra en Bayona, basado a su vez en el elaborado en 1940 por Rufino García Larrache. J.J. Virto, en “Organización y censo de refugiados navarros en Francia”, ofrece una relación de navarros refugiados, que alcanzaban los 500 en 1946; de ellos 17 en Alduides, 5 en Urepel y 13 en Banca. Tampoco este censo es definitivo, pues no todos los exilados se quedaron hasta 1946 o fueron anotados. (de 69 vecinos de Isaba que cruzaron la muga en 1936, solo aparece uno en ese censo).
Esta información se completa, para el caso de Banca, con la aportada por Claude Lesgourges, historiador de la zona:
Lista de residentes extranjeros: es un listado, con inscripciones de altas y bajas en la residencia de extranjeros en esa localidad, con 33 personas –hay un italiano- desde 1912 y a lo largo de décadas. Tan solo dos son del periodo de la guerra y anteriores a la fuga del fuerte.
La lista de refugiados políticos, vinculada a la guerra civil. Son mayoría de baztaneses, pero José Lasheras Borobia, (Buñuel, n.1899), del PSOE y Felipe Gordo Bueno, de Cáceres, llegan el 2-1-1940, procedentes del campo de Gurs.