Francisco Sotro

2011

Nacido en Eugi, fue testigo del fusilamiento en Iroxo. Un dirigente de UGT, a decir de una mujer cercana a los guardias. Estaba con su hermano Justo junto la casa familiar, que dominaba el valle. Era una mañana, en el rato del recreo, pues sus padres no les permitían faltar a clase. Los guardias –uno delante y otro detrás del capturado– bajaron al detenido por el puente medieval y de ahí, sin tomar el atajo de las escaleras, mantuvieron el camino de carro, y cerca de un campo sin cultivo, ejecutaron al prisionero. La zona se empleaba para enterrar animales muertos, más tarde fue roturada y por último cubierta por las aguas.

En la borda Olazar vivía su tío Francisco Sotro Etxeberría. Allí, los guardias civiles, con el apresado, esperaron al párroco Ruperto Oyarzun, que llegó en el bus de La Montañesa. Confesado, el párroco trató de frenar su ejecución, sin conseguirlo. Fue enterrado a unos 70 metros de la borda. Su tío se mostraba molesto de que hubiesen llevado a cabo el fusilamiento en presencia de sus hijos –de 3, 5 y 7 años–. El lugar ha sido modificado por la explotación de la cantera en 1945. El tercer fusilado lo fue en Zokolu y enterrado allí. Francisco identifica la parcela, cerca de muro de contención del embalse.

De los peñascales, conocía que se bajaban piedras desde Leate, cargadas en leras, una suerte de carro sin ruedas, que las arrastraba hasta Arrierodeskargatzeko zelai, cerca de Usutorko Harria.